Empecé a escribir este texto unas semanas antes de la muerte de los
diputados. Hoy me siento sorprendido: lo que consideraba "peligrosa
especulación" resultó ser "verdad sinuosa".
Lo primero en morir en una guerra es la verdad. A los actores no les conviene
que el enemigo sepa cuán pequeños son. Es parte del problema principal: la
guerra es un orden de muerte, cualquiera que quiera vivir se aleja de ella. A
"las FARC" no les conviene que se sepa que en realidad las "fuerzas armadas
revolucionarias" no son varias, son sólo una. Lo correcto sería llamarles "la
FARC", la "Fuerza Armada Revolucionaria". Porque son mucho más pequeñas que lo
que "ellas" dicen y muchísimo más de lo exagera el gobierno. Claro, mostrándose
como muchas dan una idea de pluralidad que no tienen. Para nadie es un secreto
que están lejos de ser tolerantes, lejos de compartir varias formas de pensar y
lejos de tener unidad ideológica. Su idea de "mezclar todas las formas de lucha"
oculta el severo problema del esquema comunista: los obreros tienen que obedecer
a la vanguardia del proletariado, en otras palabras, pensar sólo como los
revolucionarios. Si no, no hay revolución. En eso son igualitos a los
militares. Todo el que pagó servicio oyó el dicho "o se obedece o se acaba la
milicia". En la revolución, si el otro me ofrece su apoyo, eso no le quita "lo
otro". ¡Hasta puede ser el gobierno! Vladimiro Montesinos les "regaló" armas a
las FARC, hoy dice que fue para perjudicarlas porque esas armas estaban obsoletas.
Precisiones para la confusión
A la guerrilla le interesa mostrarse poderosa, que todos los actos
revolucionarios sean suyos o, cuando menos, lleven a la gente a creer que es
así. Al gobierno, a los militares y a todo el
status quo (el
modus vivendi, el
establecimiento) no le conviene reconocer cuán pequeñas son porque no tendrían a
quién echarle la culpa de todos los males del país, no tendrían chivo
expiatorio. Uribe le apuesta a que en Colombia no hay conflicto armado sino
"agresión terrorista". Se trata de todo lo contrario: no hay un conflicto, son
varios, y una postura recalcitrante lo que hace es volverlos más agudos. Los
narcos esos sí son una pluralidad, es casi como decir "los delincuentes".
Cuando existían los grandes carteles, no era que no existieran los más pequeños,
simplemente no se veían tanto. Igual los militares llevan décadas tratando de
convencernos de que la guerrilla es un problema de "narcoterrorismo". ¿Cuál es
la diferencia entre un narco y un terrorista? A los militares les conviene que
los gringos no vean ninguna diferencia y manden dinero para combatir narcos y
terroristas. El problema es que no sólo sí hay diferencia, sino que son varias.
Los narcos también son paras. Los narcos son ricos y compran congresistas que
mandan a los militares. ¿Luego no eran guerrilleros? A este punto cualquier
gringo está confundido. Para cualquier colombiano no es ningún misterio. Como
tampoco que hay congresistas, policías, militares, periodistas... pagados por
mafiosos. Y la mafia también secuestra. Y tortura, y desplaza. Ser
narcotraficante no implica un cariz ideológico, sólo quiere decir que se comercia
con sustancias ilícitas.
Su manera de pensar está muy cerca de cualquiera que
tenga un arma y esté dispuesta a usarla para ganarse unos pesos. Ser
terrorista, así en la ONU no se haya acordado una definición, es atacar civiles
desarmados como si de armados se tratara. Y eso lo hacen todos los países del mundo. ¿Sabe
cuál es el arma química más usada en el planeta? Los gases lacrimógenos** (se
usan para disolver manifestaciones desarmadas).
Corrupción "arácnida"
Pero ese no es el único problema. También está la corrupción. La guerrilla no
va a pasar un listado de tipos que ella misma capturó entre sus líneas con
dinero "revolucionario" embolsillado. Tampoco gusta mucho de decir cómo los
castiga (según ellos "ajusticia"). Al gobierno sí: sería mostrar la brutalidad
del enemigo (según él, los "asesina"). El problema es que TODAS las armas de
la guerrilla, los narcos, los paras y un largo etc., tienen que haber entrado por
algún lado. ¿De dónde las sacaron? El secretariado, si llega a mostrar los
números de sus combatientes, los dará inflados. ¿Cómo hace el gobierno para
saber su número? ¿Hace una encuesta en la selva? ¿Manda al DANE? No, confía
en el DAS, la policía, los militares. Todos son cuerpos que reciben dinero en
la medida en que tengan enemigos. Ahí donde la gente vive tranquila el gasto de
defensa se reduce considerablemente. Los medios en Colombia tienen el problema
de que les toca confiar en la fuente cuando se trata de problemas judiciales y
de terrorismo. Si uno se mete a preguntar en zona roja, se arriesga a que le
den un balazo. A los dueños de los medios les encantaría que el(los)
gobierno(s) cumplieran su infinita promesa de acabar, por fin, con la guerrilla.
No se molestan mucho si las cifras se inflan. Cuando se trata de sindicalistas
asesinados, sólo se nombran si lo hace alguna ONG grande (después de decirlo en
EU. o en Europa). Algo que NUNCA dicen es por qué en los medios no hay ningún
sindicato (debe ser que todos los periodistas están satisfechos con su condición
laboral...). También dicen "dado de baja" o "abatido" si se trata de un
terrorista. No se le llama "muerto", así sea un cadáver. La cuestión es
mostrar que los terroristas no son humanos. Y ese es el problema:
Sí lo son.
Y son tan mentirosos como los dueños de los medios, ellos tienen
sus propios
medios de información clandestinos, y también los usan para decir mentiras, para
inflar cifras y llamar asesino al gobierno. Mientras tanto, el DANE se tomó la
precaución de no ir a ciertos lugares a contar la gente, eran sitios muy
peligrosos. Pero todas las cárceles son sitios peligrosos, se publican cifras
de población carcelaria escandalosas y el hacinamiento sigue igual, hace décadas
por encima del 200%.
Por volverte a ver
La ONG danesa Rebelión afirmaba que nunca vio un secuestrado en Colombia. El
gobierno afirma, con videos y todo, que tienen campos de concentración "que
parecen los de los nazis". Al mismo tiempo, varios de sus documentos tratan de
minimizar el impacto del desplazamiento en los indicadores sociales; sólo lo
hace para decir que se reducen. La gente, mientras haya guerra, tendrá buenas
razones para irse, con o sin visa, a los países vecinos, con o sin permiso a las
grandes ciudades, así la quieran devolver. Tampoco se detendrá porque el
gobierno diga que aquí no hay conflicto. Igual, en el campo siguen dando bala.
En Guatemala, después de firmado el tratado de paz, Estados Unidos insistía en
que tenía que abrazarse la guerra contra el narcotráfico. También lo harían en
Colombia: que desaparezca un mercado de armas tan grande les representaría
perder empleos en sus fábricas allá en el norte. Para los periodistas gringos
no era ningún misterio que quienes pedían con más insistencia la aprobación del
Plan Colombia en el congreso de E.U. eran los fabricantes de helicópteros
artillados. ¡Qué raro! ¿No?
Pura suposición
Supóngase que todos (gringos, gobierno, guerrilla, europeos, paras, medios) se
ponen de acuerdo y dicen "la guerrilla no es tan grande como parece". ¿Qué
sucedería? ¿Sería tan importante respaldar el paramilitarismo? ¿Se necesitaría
un "Plan Colombia"? ¿El problema sería militar o no? ¿Cuál sería el problema?
¿Sería de derecha o de izquierda? Si la mitad de los secuestros reales son de
delincuentes "comunes", si las amenazas, los boleteos y demás son de "otros"
actores, entonces ¿quiénes son esos otros actores? ¿Por qué la delincuencia es
"tan común"? Si la revolución no es ni la mitad de lo respaldada de lo que dice
la guerrilla ¿cuál es su poder real? ¿Significa que son menos peligrosos, menos
fanáticos? ¿Que la lucha de clases no tiene vigencia? ¿El "fin de la
historia"? No, significa que el problema es más complejo de lo que entre todos
nos quieren hacer creer. Que el poder, de todos ellos, no es tan grande ni tan
veraz como ellos mismos muestran. Que la delincuencia, esa sí, es
desbordadamente plural y que sería más sano y más real llamarla "las
delincuencias" y que son tan comunes como el machismo, el racismo, la violencia
intrafamiliar, el abuso en el espacio de trabajo y el desprecio por la
diferencia y el dolor ajeno.
Enajenación (y no de bienes)
¿No dijo el presidente Uribe que las ONG eran terroristas disfrazados? Así se
haya retractado, lo que "se le salió" lo piensan varios de los más
recalcitrantes en el
status quo. Para ellos cualquiera que tenga un programa
social en barrios pobres es un terrorista. Nada de raro tiene: nuestros ricos
se la pasan en Europa y en Miami. A los Estados Unidos no le conviene reconocer
que su visión es simplista y que siempre lo ha sido. A sus gobernantes a duras
penas les alcanza para entender su propio país (el cuarto más extenso del
mundo); suelen achacar los problemas locales a actores externos y satanizarlos.
Usan un escapismo muy similar al de los jóvenes que consumen drogas...
Otras leyes
Al gobierno de Cuba le gustaría que todo el mundo respaldara la revolución (la
suya) y saliera a las calles en masa a mostrar su simpatía. Pero aquí suelen
hacerlo para pedir que no les quiten derechos y servicios básicos (después de
que se los han quitado). Porque el problema está precisamente en la percepción.
Es claro que hay un secretariado, que tiene todo un cuerpo militar que lo
protege y sigue sus órdenes. Pero sus límites son bastante cortos. El Mono
Jojoy en el área de despeje dijo que a ellos no los cubría el DIH, que ellos
"seguían otras leyes". El sitio web de "las FARC" dice otra cosa, dice que
ellos sí respetan el Derecho Internacional Humanitario; reconocen, eso sí, que
tienen "dificultades". Como se trata de un movimiento clandestino, el ideal es
que las células no se conozcan entre sí, que actúen con obediencia casi ciega y
con mucha efectividad. Pero eso representa conceder una autonomía compleja. El
estado, con mucho más reconocimiento y dinero, no logra hacerlo. No tiene la
uniformidad de pensamiento ni todos sus reclutas están dispuestos a correr
grandes riesgos, así pueda ofrecer algo más de estabilidad.
Un ejemplito
Pongamos un caso sencillo. Si alguien secuestra por su cuenta y lo hace a
nombre de las FARC ¿cuál es la reacción inicial? La policía dirá que fueron las
FARC, lo mismo los militares. El gobierno condenará el hecho y lo usará como
ventaja política. El secretariado guardará silencio durante un rato largo. Eso
de "confirmar una noticia" donde no hay periodismo y todo se esconde, en medio
de gente que se supone no debe conocerse entre sí... Tienen equipos de
comunicación avanzados, el secretariado no es ningún proletariado pobre. Pero
lo mismo le pasa a la policía, tiene equipos de alta tecnología donados por E.U.
y no sabe cómo usarlos. La gente armada y tozuda (terca) suele confiar primero
en sus instintos. No son científicos que han desarrollado la tecnología, no,
son gente impaciente y con esos símbolos de
status y poder que son los fusiles,
los revólveres, las granadas...
Rigor mortis
Así y todo, no tienen control absoluto sobre sus hombres. En las grandes
corporaciones hay algo que se llama "la teoría de la agencia" y no es otra cosa
que pensar cómo se le hace para que el gerente poderoso no tumbe a la compañía.
Un grupo militar, terrorista, clandestino, tiene un sinnúmero de agentes. A los
militares, en las dictaduras y en países confundidos como el nuestro, es muy
difícil hacerles una auditoría. Mucho de su gasto es secreto, aquí y en la
China. Y, lo que es peor, tienen mucho poder político. Cuestionarlos es
meterse en un lío. ¡Si con sólo hacerles una pregunta ya se enojan! Imagínese
usted un gasto militar similar al del ministerio de defensa metido entre la
selva, negociando con los coqueros, reprimiendo campesinos y sin procuraduría,
contraloría y defensoría que controlen los abusos. Esa visión nos da una idea
de lo que son en realidad nuestros "movimientos armados". No se trata de
reconocer su poder, al contrario. No se necesita mucha gente para poner una
bomba ahí donde duele. El caso de la guaca dejó ver que en muchas áreas la
legislación no está clara para los militares. Que eso que llaman "línea de
mando" se ablanda fácilmente cuando se está en el área de combate. Si se ponen
muy rígidos, la gente se les va, y si no puede, se vuelve loca y hasta se
suicida. De todos modos, los militares nunca van a reconocer una realidad
universal. Van a mostrarse unidos, obedientes. Con los insurgentes pasa lo
mismo. La guerra además de una tragedia también es un "show", un espectáculo.
Siempre hay algo que mostrar. Los militares hacen sus paradas, los guerrilleros
ponen páginas web, todos montan agencias de "noticias". Si alguien desobedece,
en cualquiera de los bandos, nadie va a correr a decírselo a la prensa. Lo
normal es lo contrario: se busca responder sólo cuando ya estén enterados. Si
se logra no decir nada a pesar de todo, tanto mejor. Se supone que un error en la
guerra es intolerable. Los superiores lo mostrarán como un imposible, así haya
acabado de suceder. Eso se ve en el mundo corporativo. Las multinacionales
tienen departamentos completos dedicados a lavarles la imagen: abogados,
periodistas, publicistas que saldrán a correr si sucede una crisis, para que la
gente no los vea mal y no deje de comprar el producto o el servicio. De eso
depende su "supervivencia" en el mercado. ¿Qué pasa en el rentabilísimo mercado
de las armas? El prestigio se construye en las guerras. Si usted vende un
producto, la hora de la verdad no es en el supermercado, es ahí donde se
consume. Si es malo, la gente se da cuenta, no importa toda la parafernalia
publicitaria. En el combate, al que tiene problemas de calidad lo matan
primero. Eso del "control de calidad" lo deciden los de arriba. ...Y después
de contar los muertos. Si usted roba en zona coquera, lo que tiene que hacer es
perderse, allá la gente no lo mete a la cárcel, lo va "pelando".
Mejor ni hablemos... (no sea que llore)
¿Le parece demasiado? ¿Vive en área urbana y no le gusta ver a la guerrilla
humanizada y los militares "guerrillizados"? Eso es sólo la punta del iceberg.
Un defensor de Derechos Humanos se sorprendió al ver a un reconocido paramilitar
negociando a nombre del ELN en el caso de la iglesia de La María. Campesinos en
el Cauca han dicho que los mismos guerrilleros llegan después vestidos de
militares. En el oriente los indígenas me decían que habían visto militares
intercambiando insignias con los guerrilleros. ¿Será que les dio por imitar a
los futbolistas al final del partido? En Urabá, un jefe de frente guerrillero
se volvió "para" en unas cuantas horas. ¿La razón? Le pagaban mejor. Porque
un conflicto largo se deteriora, se
mercenariza. Empieza a verse gente muy
rara ofreciéndole secuestrados a la guerrilla (desde hace marras), generales
comprando jets de lujo, mercenarios israelíes entrenando matones (Barco, 1989) y una
policía que sólo le pasa el dato a Interpol años después (Uribe, 2007), militares gringos
haciendo una escuelita en Juanchaco (Gaviria), "ruidos de sables" si los
gobernantes se vuelven corruptos (Samper), espías alemanes que conversan con
guerrilleros y periodistas y después vuelven contentos a sus casas (Pastrana),
un
status quo dichoso con un presidente que quiere volver al estado de sitio,
que lo más democrático que ha hecho es "no haber lastimado a sus opositores"
cuando le ganaron en el referendo (Uribe)... ¡Y no he nombrado un solo dato de
la "parapolítica"! También son datos suavecitos... No quiero pensar en records
de periodistas y sindicalistas asesinados, en bombardeos indiscriminados, en
minas quiebrapatas, niños degollados, motosierras, torturas, en 2.000 muertos en
fosas comunes cuando falta más del 95% por investigar...
Mentiroso, mentiroso
Las potencias en estos días tratan de disfrazar a todo lugar lo terrible de sus
guerras, que no se vean los ataúdes de los soldados muertos, que no se oigan los
gritos de las víctimas civiles (y militares tampoco). Al contrario, que se vea
todo como un jueguito de video, la emoción de una película de Indiana Jones, el
ideal sublime de la patria. Todo está en los detalles. En sus paradas frente a los
medios, los integrantes de las FARC se ponen la bandera en un brazo, grande, que
se vea. Los militares en la Casa de Nariño se arrodillan ante la bandera y la
besan, todos los días y al frente del público. Pero las balas no traen
banderitas del país de fabricación en el casquillo, a veces ni siquiera en la
caja. No, eso prefiere ocultarse. Bateman, cuando el M-19 estaba en el monte,
reconoció que le compraban armas a Estados Unidos. Allá es muy fácil hacerlo.
También es común el sigilo cuando el estado compra armas en el mercado
internacional, rara vez se dice a quién se le compró, si mucho se dice cuánto.
Porque el problema pasa por pensar que todo lo que esconde el que manda está
bien. Y una de esas cosas es que ni siquiera el secretariado puede garantizarse
(para sí mismo) la obediencia de los suyos. El gobierno Uribe Vélez tiene mucha
popularidad, pero si empieza a reclutar gente para llevársela para el monte, no
le durará tanto. Menos si lo hace en las clases altas. Nadie quiere ver morir
a sus hijos, pero la guerra no se hace sin muertos. Los impuestos se aguantan,
sí, pero no mucho. El 70%, según los medios, respalda al presidente, pero no
con su dinero. La evasión no se ha reducido en el mismo porcentaje, ni siquiera
en el 10%. Una cosa es responder una encuesta y otra es pagar por lo que uno
dice. Imagínese esta encuestita: “Si me responde, de eso depende cuánto pague
en impuestos, si sus hijos se van o no al monte, si le pagan bien su salario y
si a usted lo secuestran o no". Cualquier persona sensata no responde. Si le
toca, se prepara: consulta a su tía, a su mamá, a un amigo... El que pueda,
también lo hace con su abogado, su contador, su socio... Y la triste realidad
indica que muy pocos hacen todo eso a la hora de votar, de buscar trabajo, de
evadir impuestos, de comprar cosas nocivas para el país y para la propia salud.
Conflictos y rostros
Porque no sólo sí hay un conflicto, sino que hay varios simultáneos y con
múltiples actores, que se extiende mucho más allá del territorio nacional. Uno
de ellos es precisamente el conflicto con la realidad, esa que no encaja en
nuestra manera de pensar, que estaba antes y estará después de nosotros. Porque lo
real nos excede en todo: no necesita hablar inglés, ni siquiera español. No
sólo habla las lenguas indígenas y africanas que llevan siglos en estas
tierras, ni sólo la de miles de extranjeros que viven aquí. Habla en especial el lenguaje
no verbal, ese que todas las armas quieren reemplazar pero no pueden. Porque se
puede mentir con las palabras pero no con el gesto. ¿Qué se ve en los rostros
de los armados? Cuando están negociando, mucha sonrisa. Si quiere verles el
rostro verdadero, tóqueles la pistola sin permiso... ¿Qué se les ve? Dureza,
enojo y miedo. Desconfianza. Las formas rudas de quien está acostumbrado a que
se le obedezca sin chistar. Y la realidad no obedece, tiene sus propias reglas. Para conocerlas se necesita el trabajo diligente del investigador, el que se
pasa décadas buscando entenderlas. Las leyes de la naturaleza marcan la
diferencia entre el destino de los cohetes que iba a destruir el palacio de
Nariño y el lugar donde cayeron: en medio de los indigentes ("El Cartucho"). Entre la estación
de policía y el resto del pueblo, el mismo que la FARC destruye sólo para darle
a la estación. También es la diferencia entre la promesa de los militares de
acabar con la insurgencia desde tiempos de Rojas Pinilla y la actualidad. Entre
lo que pretendía la doctrina de la seguridad nacional y el para-gobierno de los
narcos del presente. También es la diferencia entre los muertos de los
indigentes y los que salen en la primera página de los diarios. Entre la
realidad de las prostitutas y la de las "top-models". Porque el rostro de las
poquísimas personas que conozco que no tenían televisor, ni ningún tipo de
teléfono, ni radio y a duras penas sabían leer, no se veía como el de los
jerarcas armados. Se veía, libre, feliz, en medio de la selva. Ninguno de
ellos necesitaba escolta. Su cara no se parecía a la de ninguna estrella de
cine, ni a Mao, Lenin o Marx. Eran rostros indígenas del oriente y negros del
área rural de Buenaventura. No necesitaron palabras para mostrar su sabiduría:
me dieron comida y bebida sin preguntarles. Lo único que tuve que hacer fue
estar ahí. La generosidad entre pobres es espontánea: no llegué en carro, ni en Everfit. No llevaba nada distinto a unos bluyines
sucios y una camiseta. ¡Ah! Y las llaves de la casa, la cédula y la libreta
militar en el bolsillo (por si las pulgas).
Desde que gobierna Uribe no he
vuelto a salir. Tanto militar por ahí implica miradas hostiles, preguntas,
requisas... ¡Hasta devoluciones! Incluso antes de salir de la ciudad. Hay
caravanas, pero todas son en carro, ninguna en cicla y a pie. Buenaventura,
Tumaco, Puerto Tejada... Están muy calientes. Hay que ir en un bus que no es
barato (en las terminales la mera miadita está a $700). Llegue rapidito a donde es,
ni se le ocurra atravesar la ciudad a pie.
Transferencia de...
La gente de alta dice que ve militares y se siente tranquila. Los holandeses,
los daneses, los suecos y muchos visitantes civilizados (casi todos en Bogotá)
no piensan lo mismo. Plata para armas la tienen los militares, la guerrilla,
los paras... Sume los presupuestos de los tres (no, no cuente a los narcos).
No le va a dar el presupuesto de las universidades y los hospitales juntos. NO.
Le va a dar como 4 veces el presupuesto nacional. Eso es
mucha plata. Y los
países del norte de Europa, que aguantaron hambre cuando los vikingos hacían sus
hordas, que vieron dispararse los presupuestos militares de sus vecinos antes de
las dos guerras mundiales, saben por qué es que hay que desconfiar de tanto
gasto. Peor aún, allá las armas ayudaron porque crearon tecnología que después
las universidades usaron para algo bueno. Acá las armas llegan ya hechas y la
tecnología se queda
allá. ¿Cuál es la tecnología que nos han dejado
las
fuerzas armadas, revolucionarias y "legítimas"? Cilindros bomba que fallan por
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Víctimas del bogotazo en 1948*** |
varios metros y casquillos de metal (los de Indumil) que puede hacer cualquier
país que haya superado la era del cobre. Porque la tecnología de punta que
tenemos en Colombia está (¡Güeeeepa!) en el baile, la danza, el canto... La
tecnología que se inventa un pueblo para que la tristeza y el miedo no lo
paralicen. Está en los inventos de cirujanos, neurólogos y cardiólogos, los que
han tenido que arrancarse cabellos y pestañas para reparar mujeres que quieren
huir de su realidad a punta de silicona, los que necesitan el conocimiento de
los que saben de verdad, los que aprendieron después de cerrar tanto hueco de
bala, puñal y machete, después de sanar tanto ataque cardiaco de viejit@ asustad@, tanto
tejido desgarrado por carros afanosos...
El pobre diablo de Don Omar, el Pedro nadie de Piero, las víctimas de Pedro
Navaja y Juanito Alimaña, el ciudadano común de Kafka, la gente sencilla de
Neruda... Tienen algo en común. Y no es la pistola.