Los anteriores procuradores fueron, casi todos, fichas del Congreso, y, como tales, dignos engendros de la Patria. El único que saca la cabeza es también el único asesinado: Carlos Mauro Hoyos.
Sobre Guillermo González Charry, Semana se preguntaba quién debía juzgarlo por "inflar" su pensión:
http://www.semana.com/nacion/
Se veía "muy normal" en esos días.
Carlos Jiménez Gómez fue el procurador que estuvo en la reunión de políticos con narcotraficantes en Panamá en 1984:
http://www.semana.com/enfoque/
Su nombre aparece en "Los jinetes de la cocaína" en esa famosa reunión:
http://www.derechos.org/
De Horacio Serpa (fue procurador en 1988) no hay que hablar mucho, todo el mundo sabe de su rol de escudero de Samper y su laarga vida política. En su paso por el cargo, tuvo que tratar la mundial de chicharrones, eso sí.
Carlos Gustavo Arrieta pareció muy cercano a los militares, si los falsos positivos hubieran sido en su época, los resultados hubieran sido muy distintos:
http://www.eltiempo.com/
A Jaime Bernal Cuellar (1997) se le acusó de querer minimizar el proceso 8.000:
http://www.eltiempo.com/
Edgardo Maya Villazón, el anterior a Ordóñez, estuvo demasiado cerca de la parapolítica y una periodista lo acusó de clientelismo:
http://es.wikipedia.org/wiki/
Pero la joya de la corona se la lleva Orlando Vásquez Velásquez (1996) que terminó en la cárcel por enriquecimiento ilícito y E.U. le negó la visa por relaciones con la mafia:
http://www.eltiempo.com/
En otras palabras, la vaina no empezó y probablemente no terminará con Ordóñez. Los que lo eligen son los senadores y a ellos no les conviene que sea alguien con uñas de verdad y con criterio independiente. Para colmo, lo tienen que escoger de una terna que proponen el presidente, la Corte Suprema y el Consejo de Estado. Y se habla mucho de la "politización de la justicia".
Algo sí está claro: falta mucho pelo pa' moño...
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