viernes, noviembre 14, 2008

Esbozo de determinismo... ¿geográfico?

El hombre no puede escapar a la dualidad de sus posibilidades (dualidad como mínimo, casi siempre hay más de una posibilidad, no siempre dos). Puede escoger la destrucción de su congénere, su similar, o protegerlo mediante una gran cantidad de mecanismo sociales, lingüísticos, morales, etc. Puede hacerlo a veces, es decir, unas veces sí, otras veces no. Puede cambiar de opinión. No necesita mucho tiempo, puede hacerlo en un solo día. Habrá individuos que lo hagan de manera recurrente, para otros la inestabilidad será tan terrible que necesitan una estabilidad mínima de varios días para tomar decisiones.

La diversidad es inherente al colectivo. No puede pretenderse un colectivo homogéneo como regla; lo que llamamos "mayoría" es en realidad una suma de minorías casi siempre temporal. Los que están de acuerdo hoy, no necesariamente estarán de acuerdo mañana. No es sólo lo económico lo que lo determina sino una gran variedad de elementos influyentes: la tecnología, la ideología, la cultura, el grupo étnico, la clase social (el nivel de ingreso), la especialidad (nivel académico), etc. Y no necesariamente en ese orden. En cada individuo se darán prioridades distintas. No es lo mismo un hombre soltero, con una moral laxa, que un hombre casado con varios hijos y una moral férrea. Podemos intercambiarles las relaciones morales (soltero-férrea, casado-laxa, soltero-varios hijos, casado-sin hijos, etc.) y nos damos cuenta de que esas variables son reales en el mundo de la ciudad, el colectivo reunido y viviendo en conjunto.

En la medida en que la unidad mínima (ciudad, municipio, localidad) crece, las comunicaciones son más fáciles y rápidas, una mayor diversidad se vuelve cotidiana. En las economías más grandes, su influjo cultural es muy amplio, la diversidad llega a nivel mundiales. Para las más pequeñas, representa un resumen de su área de dominio: digamos, parte de un país y la región más próxima del país vecino. Para las localidades más pequeñas representará una diminuta área urbana y una extensa área rural, su multiplicidad se presentará en un área reconocida como central (el centro urbano, el de intercambio) y será visible en momentos importantes para todos: la fiesta, el mercado semanal, las elecciones, o lo que haga sus veces en su universo simbólico.

Obviamente, las grandes economías sólo pueden reflejar una diversidad múltiple resumida (el mundo no cabe en un solo país). Los que llegan a los grandes centros urbanos de los países dominantes no son la mayoría, son los que pueden pagar el pasaje y, de algún modo, pasan los filtros de la dominación. No sólo hay límites impuestos por los humanos; la distancia, el más evidente, representa uno de los más efectivos. Así el hombre utilice toda su tecnología, sigue siendo real y actuante.

Es curioso cómo los vuelos aéreos siguen el curso de las dominaciones económicas y culturales. Antes, para viajar de Colombia a Paraguay había que pasar por Miami. Un vuelo absurdo de casi un día para recorrer una distancia diminuta. Aun hoy (2008), se debe pasar por Argentina para llegar a Asunción. Hay locuras todavía más insólitas, como un viaje Colombia-Kenia. Se pasa por Francia o Italia. De ahí se va al Medio Oriente o al Africa francófona para ahí sí pasar a Kenia o a los países más al oriente. El contacto entre las culturas deja de lado las necesidades económicas. Kenia tiene una economía pequeño-mediana, como la mayoría de América Latina. Le convendría tenerlas más cerca para todo tipo de intercambios. Pero el lenguaje, la distancia, las dominaciones de todo tipo lo impiden. No hay vuelos directos Africa-América Latina.

¿Qué pasaría si la tecnología "proveyera" formas de vuelo absolutamente autónomas, como las vías que toma un turista en su propio automóvil? Los pocos que tienen que darle la vuelta al continente para llegar tomarían la vía rápida, por supuesto. Pero, igual que sucede con los pies, la gente va hacia el centro. Ahí donde tiene que ir por necesidad va primero, va más. Si el estado obliga a cierto papel que sólo se consigue en la capital, más personas irán a la capital, les guste o no. Igual sucede con las especialidades médicas, con las visas, con las centrales de las empresas más grandes.

Las asociaciones por idioma tienen gran importancia en América Latina, no sucede así en Africa y en Europa. El predominio del español y el inglés sólo es real de un modo tan apabullante en América. En los otros continentes, una nación pequeña puede tener su idioma y su alfabeto, sin que nadie más lo utilice. Rusia, el país más grande de Europa y Eurasia, ni siquiera puede decir que toda su parte europea habla ruso. Las regiones que limitan con el Cáucaso tienen una variedad de lengua y cultura muy similar a la de esa región montañosa. En Siberia se hablan otras lenguas, en los límites con Asia central también. Es demasiado territorio para una unidad lingüística.

Las minorías indígenas son una muestra de lo que las lenguas hacen de forma natural. Cada una encuentra su nicho y desde él se desarrolla. Si puede expandirse, crear un área amplia de dominación/intercambio, crecerá en territorio, pero eso no impide que otras pequeñas sobrevivan con sus propias autoridades. La colonización, en cambio, representa una ambición de penetración mayor, llega a considerar un deber que las otras culturas no existan. Deben ser "superadas". Que las lenguas indígenas sobrevivan todavía es visto por muchos como "un error". Se supone que todos deberíamos hablar el mismo idioma si estamos en un mismo país. Es decir, las minorías lingüísticas no deberían existir, así de simple y de sencillo.

En Estados Unidos es común la versión "intra" del problema: su país es su universo, lo que está por fuera existe, pero lo que importa es América. Las escuelas poco cuestionan la dicotomía de todos los otros países americanos que saben que el continente es el que se llama América y se ven en líos para explicarles a los estadounidenses que sólo su país no lo entiende. Un país tan grande tiene mucho que decirse a sí mismo, como nación industrializada tiene una capacidad de comunicarse apabullante, pero poco la usa para los intercambios interculturales.

La unidad cultural que dejó la colonización hizo daño en lo que sólo puede verse desde afuera: la lengua, la realidad cultural interna, es un accidente histórico que sigue cursos diferentes en cada realidad. Los que tenemos poca posibilidad de vivir en un mundo que no habla nuestro idioma nos perdemos un cuestionamiento vital: lo que vemos como natural muchas veces es cultural. La estética, el humor, se relaciona con las regionalidades, las tendencias naturales de tan inmensas regiones, y las ridiculiza, las mira con asombro o intenta asumirlas como proto-alteridades, como partes de otra cosa, de otro país.

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